Ntra. Sra. del Rosario

Autor de la imagen:
Manuel Salvatierra García. Granada. 1940. (Fue adquirida por Manuel Arrabal Cañada). Ha sufrido varias restauraciones entre otras por Antonio Barbero Gor (1982) y Julio Cámara Romero (varias); el primero de ellos, le realizó en 1982 un juego de manos adaptado para la estación del miércoles santo. La imagen del niño es de autor desconocido pudiendo datarse entre los siglos XVI y XVII.

Trono:
Canastilla repujada de alpaca plateada, con diversos motivos alegóricos sobre los misterios gozosos y gloriosos; se completa con varales, jarras, candelabros y candelería a juego. Delante va una pequeña imagen de Santo Domingo de Guzmán.

Autor del trono:
Talleres "Angulo" de Lucena. 1999. Los candelabros de cola son de plata Meneses de Madrid (años 40 del siglo XX).

Palio:
Azul en forma de cajón bordado en oro debido a las RR. MM. Dominicas de Torredonjimeno. Fue diseñado por Julio Cámara Romero que también realizó la pintura para el techo de una Inmaculada.

Vestidora:
Sor Ana Mª Martos

Túnica de nazarenos:
Blanca con capa, caperuz y cíngulo morados.

Traje de anderos:
Gris oscuro, camisa blanca, corbata negra, guantes blancos, pillacorbata, pin y medalla de la cofradía.

Número de anderos: 64

Mandones de andas:
Juan Francisco Fuentes Tello y Armando Cámara Blanca.

Marchas dedicadas:
Virgen del Rosario. Eugenio Contreras Guardia. 1990.

Ntra. Sra. del Rosario. Francisco Cano Ruiz. 2008

¡A ésta es! Madre del Rosario. Javier Alonso Barba. 2008

Nota: En la procesión de octubre, Ntra. Sra. del Rosario no lleva palio y para el Rosario de la Aurora se utilizan unas pequeñas andas.

Silencio
Silencio... que en esta noche

aún brillan más las estrellas,

que suene una marcha dulce,

que venga la luna a verla.

Ya sale la procesiónse han encendido las velas,

y con su color moradose abre un camino de cera.

Silencio... que todos callen,

que Cristo ya está en la puerta,

sus manos lleva atadas

y su mirada serena,

se va clavando en los ojos

de aquellas almas sinceras.

La Virgen se va acercando

ocultando su tristeza,

entre sus manos de nácar

un blanco pañuelo lleva,

- dime, ¿no se te ha mojado?

¿dónde se oculta tu pena,

dónde han quedado las lágrimas

de tu carita morena?-

Las cuentas de mi rosario

se transforman en perlas,

pero están hechas de lágrimas

para que Él no pueda verlas.

Silencio... que todos callen,

que alguien cante una saeta,

que apague su sufrimiento

en esta noche abrileña.